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jueves, 20 de junio de 2013

FAROL DE LUZ AMARILLA

   Las carcajadas femeninas en comandita; las campanadas del carillón, eléctricas por su cadencia perfecta, el aire de levante; el chino del pan de horno atemorizado por ver a un muerto; el número 70 borrado en el polo de Ignacio; el cielo gris y frío de un tiempo de jersey y capucha; las cagadas de perros dejadas a propósito delante de la rampa del iraquí amputado; la mirada de Giacometti; la lectura del Almanaque del Maestro Don Alcofribas Nasier; el despertarme antes de la hora; la luz amarilla sobre fondo azul del farol del parque; la liasón del nudo de pajarita.
   La ropa tendida aclarando el paisaje; el ramaje de "Poltergeist" acariciando la estampa, el aire de un cielo que manda caricias a mis pulmones; no hablar, sentirme parte del Paraíso de Boff, o tal vez en trámite; sentir mi peso. Gracias Dios que mandas esta luz tan necesaria, aunque duela, aunque me haga creyente no siéndolo, aunque dispute sin argumentos la fatiga de la existencia humana; gracias Dios por haberme hecho osado, por haberme hecho inmoral, por haberme hecho canalla y, dejarme solo, en mis 18 metros cuadrados, que ahora me parecen tan grandes como el dolor que ya no tengo. Gracias ladrido de perro que campanea y no es eléctrico. Gracias humo de tabaco que no sé de dónde viene. Gracias farol de luz amarilla sobre fondo azul. Gracias Dios por haberlo ido apagando.

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