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viernes, 10 de abril de 2015

EL CUARTO DÍA

Al quinto día de la Creación, Dios recibió un golpe gravitacional, Eva le sugirió que la formación del Sol y de la Luna no había sido del todo aceptable, -un no sé, no, no me ha gustado, -pero Eva, querida, tú no tendrías que estar aquí hasta el sexto en que se cree el género humano, ¿qué es lo que no te ha gustado? ¡A Dios le iba a decir qué era lo que no le había gustado! bien sabía Él qué era lo que no había salido bien; cuarto de siete, cuando todo estaba ya formado, sólo le quedaba la creación de Eva y de Eva Adán, las fuerzas no eran las mismas, ni el fuego tenía la energía del big - bang ni la fuerza del Creador era la del primer día, pero hacerle creer a Dios que Él era el Protagonista de esta historia era como dejar a Eva para el último día (penúltimo pues el último descansó) y eso no iba con ella. Adán, paciente hasta la saciedad, esperaba sentado en su sillón del Paraíso, tomándose un gintonic con pimientas y chuches de submarinos mientras esperaba que se descongelaran las lentejas que le había preparado Eva, justo para degustar el sexto día. Miró la Tierra que le rodeaba y, levantando la vista al Cielo, dijo: -Un día de éstos tendré que barrer.

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