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jueves, 2 de abril de 2015

TOLIRIO

Al no venir en la RAE, Francisco Fávila Lancero-Iñagoitia, Grande de España, tuvo que "meterse" en internet y buscar la palabra que martilleaba su cabeza y que, al igual que en otros tiempos pasados, en que se la oyó al enlace sindical de la bodega que regentaba y que, le adjudicaba en su persona, le producía la misma zozobra y desconsuelo porque le sonaba a eso, a lo que suena. Según el Inventario General de Insultos de Pancracio Celdrán: Toli, tolili, toli-toli. Bobo, pasmarote y aturdido. No refleja la acepción Tolirio o lo que se le asemeje pero lo cierto es que se usa para decir lo mismo, es decir, capullo.
Esto viene a cuento de unos hechos que acaecieron un día en que invitó a comer en su casa a la recepcionista de la consulta odontológica que venía frecuentando ultimamente pues padecía de rechine nocturno y necesitaba una férula. Quedaron en las inmediaciones de la casa y, ¡oh, sorpresa!, la jefa de su marido la saludó desde su coche. -¡Me ha visto y le he dicho a Pedro (su marido) que me iba a un centro comercial! -Bueno, no tiene importancia que te haya visto, se supone que irías hacia el centro, no creo que fuera importante. -No sé, no sé, ¿tu crees que se habrá dado cuenta? -¿De qué?, no le des importancia, no la tiene. Rosaura, que así se llamaba, practicaba el "rikiu - o algo parecido", Francisco Fávila, ésta vez no se molestó en buscar su significado en la red; este "rikiu" se practica en foros de singles, supuestamente en pelotas y no se puede hacer borracha, se supone que los mantras u Om actúan en el cuerpo y lo transportan a un estado parecido al orgasmo, obviamente muy placentero; éste, entre otros fue el tema de conversación de la comida arrocera muy bañada en cerveza. Fávila, que era católico, apostólico y romano (y uno también) no creía en esas cosas pero, al menos, la conversación se dirigía por el camino de la cama, cosa que sí le gustaba practicar. Aprovechando que Rosaura andaba ya piripi, la cogió de la mano, la levantó del asiento, suavemente, le dijo "ven" y se la llevó a la cama. -Te advierto que a las 5 y media me tengo que ir. -No problem, Rosaura, no problem. Fávila acercó su boca a los labios de Rosaura mientras la empezaba a desnudar; una lengua de gatita caliente, corta y en punta le tocó los dientes -demasiado corto ese beso, pensó, pero como lo acompañaba de gemiditos seguidos, supuso que estaba cachonda. -¿Me has echado algo en la cerveza? te advierto que estoy terminando con la regla y no sé si... lo digo por las sábanas que son blancas, la cabeza me da vueltas, Fávila empezaba a mosquearse pero ya era tarde, enhiesto y en pelota picada tumbó a Rosaura en la cama, la bajó el panty y las bragas y se apresuró a montar; semejante a un sapo aplastado y con la cabeza aboyada de golpes, demasiado tarde para apreciar defectos, Rosaura se le presentaba totalmente desnuda, un corto beso en los labios seguido de otro en el pezón izquierdo y... -¿pero sin condón? no, no, no, ¿sin condón? no, no, que luego es peor, no sigas y eso que tienes en el labio ¿que es? -Me he mordido, repuso Fávila. ¿Te has mordido? ¡parece un herpes! -Me he mordido. -¿Sii? -Si. -No oye no, hablaba como si gimiera, pero evidentemente se le había pasado toda la calentura, -mira tengo un amigo, un buen amigo que es gay que me ha dicho que se puede pillar una gonorrea haciendo una mamada, imagínate. -Jodeeer, Fávila miró resignado su pene y se despidió de él. -Jolines, Francisco, ¡qué delgado estás! -es que sufro mucho (la madre que te parió) pensó para sus adentros. -¡Tolirio!, eres un tolirio, me invitas a comer y ¿no tienes condones? -¿No llevas tú?, yo no uso. Rosaura sacó un cepillo de dientes portátil de su bolso y empezó a cepillárselos. -Me tengo que ir, la próxima vez compra condones.
-Pues, bien amigos, ésta es la historia que me refirió el buen Francisco, no antes sin recordarme que las últimas pruebas que le hicimos en la Clínica de los Dolores sobre alergia, daba positivo al latex.

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