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jueves, 5 de diciembre de 2013

RELAPSO (IV)

IV
Desde América dicen que siga. No sé cómo lo voy a hacer, la visión de Oporto desde el aire es la de retorno al tedio y a la crispación, un amanecer clarividente; sé que hay un profundo océano durante la noche que hace incómodo el descanso necesario y tengo una cita con el Juez. Ahora que no quiero revisar el orden ni la estrategia para mi defensa me preocupa el poder que estoy tomando sobre estas cosas pero El Amduat tiene su precio.
- ¿Has elegido ya defensa?
- Creo que voy a utilizar a un mudo, realmente no es mudo pero no conoce nuestra lengua.
- ¿Estás loco?
- Desesperado más bien. La persona que he elegido es vulnerable a las leyes de la Física.
- Todos lo somos.
- Me refiero a la Física del orden, de la electricidad no conducida, a la que se plasma en los presentimientos y no estoy muy seguro de que al final sea él mismo quien me condene pero, si acaso tengo alguna posibilidad de salir de ésta, él convencerá con su gesto o tal vez sólo con una sonrisa de aprobación.
- ¿Y con eso crees que convencerá al Tribunal?
- Ahora mismo estoy suplicando al Tribunal con esta decisión de que tome en cuenta su inexplicable atención y que en el último momento vean por el sufrimiento o por la aprobación del que lleva años teniendo la misma pesadilla.
- ¿Crees que abandonó a su compañero?
- Dios no lo quiera.
- Se me pasan imágenes diabólicas si eso es cierto y lo tienes de aliado.
- Lo único que sé es que sufre y que es bueno conmigo.
- ¿Llevarías al Duque contigo?
- Ahora mismo le llevo conmigo.
- Te tengo que dejar; este camino lo tienes que hacer ahora solo. Por cierto...
El camino se ha abierto, verdes y amarillos culebrean delimitados por la línea de lápiz fino y donde se junten en una sola aparecerá el pozo o el Cruce de Caminos, no habrá viejo ni automóvil y espero recoger la papeleta de la Acusación en el momento que se me indique, burocracia judicial. Sé sobradamente su nombre...Relapso.
- Este Tribunal tiene el deber de informarle de que conocemos la explicación que tiene en mente para su defensa. Queremos hacerle saber que, como ya sabe, ya se condenó desde el principio y que los valores que juzgamos son los que, con su propia conciencia, intentaremos  medir y que justamente concluyamos. Tiene la palabra y acuérdese del orden en que planteará su Descargo. ¿Tiene un guión?
- Sí, ¿de cuánto tiempo dispongo?
- No de mucho. ¿Trae la defensa?
- Sí, quiero reseñar que mi defensa es...
- Lo sabemos. Puede comenzar.
Un instante, sólo un instante, antes de la herrumbre caliente del orín, antes del sofocante dolor de axilas rebozadas de lana embutidas hasta tirar de los hombros. Un olor morado que se impregnaba en el pelo, graso; un instante duró, tal vez de algodones azules, rosas y blancos, de algodones de feria y de cariño, un instante duró el caballito de cartón más bonito que nunca se hizo y era mío y a partir de ahí, hundido abierto en canal, el sollozo de su cruel muerte sirvió para comenzar el rosario de palizas inexplicables, no por conciencia sino por no saber controlar la que luego se repetiría. El miedo, el miedo lo puede todo, hasta el ir hacia adelante, el miedo moja las sábanas y los babys de rayas y las monjas te mandan a casa calado hasta los huesos y el caballito de cartón en el recuerdo, o no. Calado hasta los huesos y en las noches frías donde tu amante entona el "Ámame mucho", tiritas, meado hasta los huesos; y ese recuerdo ya solo es un pobre vestigio que uso sólo para recordármelo y creer que todo tuvo un inicio. ¿Es posible que Beethoven fuera sordo por una paliza? Beethoven se impuso por encima de su sordera e hizo la música más sublime que jamás se ha podido componer.
Miedo a dejar embarazada a tu propia hermana y que saliera un niño tonto. Bueno hay casos en que se puede lograr la dispensa del Papa. ¿Y seríamos felices? ¿Con un niño tonto? Yo la amaría como la ratita presumida, coser y cantar, pero se quedaría embarazada. Eso fue cuando no sé quien se le ocurrió decir que los niños venían por el culo. Ya desde ahí todo fue miedo, embarazo y polla en ristre. Miles y miles de pajas, folladas en la arena, tirar del máximo, follarte a tu madre, a la señora de los váteres de mujeres, una y otra vez y el multimáximo follarte a un elefante. Pero antes, en la imprenta alguien decidió violar a un niño travieso, no solo sino en compañía con el telón abajo, sólo carcajadas y sollozos y nadie a quien acudir y al día siguiente ver la cara de esa persona que antes habías confiado como venerable y sólo encontrar la perfecta dentadura de una sonrisa diabólica con la certeza segura de que nunca los delatarías porque nadie te iba, no sólo a creer sino a defender. Siguieron nuevas palizas, una tan despiadada que estuve varios días sin poder enderezarme; parece ser que había puesto en evidencia a mi padre. Mala cosa, empezaba a tener opinión. Dicen que cuando nací rehusaba la leche de mi madre, recuerdo esa leche de buena teta saliendo disparada, después lactantes mis hermanos y yo la retenía en la boca a distancia, a un metro de distancia, cerca del fogón y me sabía agria, no sabía a leche condensada. No veía el mecanismo para que metiera esa leche en su teta porque mi madre no podía tener una leche tan agria. Mala leche, has bebido mala leche. Y el miedo, el miedo siempre.
- Pues si echas una gota de lefa en la piscina, se puede quedar embarazada.
- Una gota dices, pero si esto es una mascá.
Mientras me rebozaba con mi hermana jugando con las olas, con la polla enhiesta y aguantando a mi padre: "Deja a tu hermana" Estoy convencido que las olas, la espuma y la arena que se revuelve tienen que hacer imposible que se quede embarazada.
- ¿Cree que esto es realmente un alegato para su defensa?
- No creo que me valga para mucho.
- Puede hacer uso de su defensa.
Mi defensa estaba inmóvil, no podía entender qué hacía ahí. Un Tribunal que sabía con anterioridad todo lo que yo les estaba contando y sin saber cual debía ser su papel en este Juicio. Yo le miraba y él no sabía si sonreír o colocar mejor los pies en el estrado, tal vez atarse mejor los zapatos. Me estaba condenando. Mi culpa estaba sumergida en un barreño de zinc. Es un producto contaminante y lo llevo en la sangre.
- Quisiera mirarle a los ojos.
Miré a los ojos de mi defensa, él sabía que no era un juego y que esta vez pudiera ver algo de claridad en esa selva rociada de napalm, ese decapante de vida ajena y propia y con ello vaciar una salida aunque fuera cargada de orín. Le quise mirar más profundamente pero no me creí con derecho a ello porque a quien estaban juzgando era a mí, no a él. Él no estaba preparado todavía, no se sabía las oraciones (no lo tengo tan claro ahora, tal vez si) para salir del Amduat, pero también es posible que quisiera una condena sin tener que pasar por ello. Le pedía clemencia ante los cargos y los descargos, pero se mantenía mudo. El Tribunal tenía su veredicto y no se pronunciaba.
- ¿Estás?
Estoy totalmente perdido, llamo “mi moto” a la que he llamado Luci, me pesa estar sentado y también levantarla; espero una llamada y no consigo llamar, la música está siempre alta, es repetitiva; necesito algo como el mar pero ahora tampoco resultaría. Me he metido en una etiqueta que me he puesto a mí mismo, busco documentación y no lo encuentro. Choque de llamadas no efectuadas.
Sé que estoy en el camino pero me cuesta dar un paso. Tal vez sea el sol que no calienta mi cuerpo o las banderas que contradicen la dirección del viento. Y de nuevo la pausa.
Ahora pienso en ella y en esas cosas que me envía. Abro una poza de los días que he podido verla y junto a ella, una piedrita de pedernal blanco tumbada sobre mi barro me dice "otro día sin ti". ¡Cuánta confusión! y desajustes. ¡Cómo podría tenerla!
- Me falta mi amiga.
- La has llamado amiga, ¿ya no es tu novia?
- Es mi novia y mi cielo pero ahora me falta mi amiga. Entiendo cuando me dice que sólo quiere que la mime y que la quiera y que la de besos tiernos y cariñosos. Necesito estar con ella y necesito que me quiera y me abrace y me lleve con ella.
- Estás hecho polvo, ¿no?
- Sólo vengo cuando "siento que me falta". No es el no tenerla.
- No te engañes. Sí lo es.
- Es más la necesidad que el deseo.
- ¿A qué necesidad te refieres?
- No es lo que te imaginas, aunque con ella todo es como un milagro. Pero lo que me falta es esa sensación y me produce tristeza.
- También los acontecimientos se están cebando contigo.
- Esa es la diferencia, los acontecimientos me producen cabreo. La ausencia de Karen me deja solo. Ella es mi ilusión y si me falta, se nota. No veo el día de poder estar totalmente con ella.
- Pronto os veréis, ¿no?
- Eso espero.


No era el momento más oportuno pero se presentía que iba a ocurrir. La chaqueta, mojada por la lluvia de una nube solitaria, compañera siempre de viaje, tenía restos de cal adherida de presagio revolcón donde la sangre no brotaba pero sí dejaba paso al sudor caliente de la ascensión a ese muro que le separaba de ella; el nudo apretaba pero él era diestro en separarlo. La luz era la de una condensada humedad que no borraba la brisa y el interminable descenso hizo que brotaran miembros de la familia a la que se le hicieron las presentaciones. Le esperaban, pero no así.
- This is Ramón.
- How do you do?
- How do you do?
Se estrecharon las manos, siguieron con la faena (¿mondaban patatas? llevaban un cuchillo) y él besó a su amada con un beso incontaminado; la más joven agradeció con una sonrisa fresca, como la mañana, y siguió a su madre. Estaban solos, no había palabras. Eran observados y aprovecharon para abrazarse. Ella se dejaba abrazar así, sólo ser abrazada la dejaba ser la mujer que era y la eternidad se congelaba con el rocío de la mañana.
- How are you, my Princess?
- Fine. I love you.
- He recibido tres avisos de lágrimas y necesito que sepas que he tocado el Cielo contigo. El Cielo, mi Amor, el Cielo.
- ¿Y...?
Todo estaba contestado, pero aún así le dijo:
- No hay nada que supere al Cielo. Heaven, Heaven.
Y para asegurarse de que le había entendido la miró a los ojos, le besó las sienes ý la frente y luego se besaron como en el Cielo. El rocío de la mañana empañó los cristales de la casa, detrás un hogar la esperaba y la más joven sonreía. El se volvió hacia la tapia de la casa para volver, saltó y quedó colgado dejando la pared limpia y salieron las letras contenidas que ese muro había aguantado durante tanto tiempo.



No sé si podré quererte después de la muerte.
No sé si podré quererte después de la separación.
No sé si podré quererte en esta vida.
¿Podrás ser mi amiga?

Cide Hamete desplegó, de nuevo, sus pañuelos. Una sonrisa zorruna, sabedor de tener ojos de mujer, se dirigió hacia Milton que anotaba los personajes que posiblemente aparecerían y que darían o no un veredicto favorable. Dejó un hueco en sus notas para escribir “Ni un solo gusto, ni una sola afición, ni una sola forma de entender la vida. Desde que dejé de ser Dios, no he tenido una compañera que haya comprendido mi forma de entender, de saborear la vida y, sin embargo, sé que siempre me han amado. Me asaltan ahora las dudas. He tratado de comprenderlas, he tratado de sentir como ellas, he llorado como ellas, sintiendo lo mismo que ellas; he conseguido el tránsito a ellas por el amor. Sé que la Redención sólo viene por el amor y he fallado en millones de momentos. El Relapso es sobre una historia ya pasada, esa Redención ha sido traicionada aunque persistan los valores humanos de fidelidad y promesa. He intentado comprender por qué y cómo piensan las mujeres. Sólo lo saben ellas.” Miró a su mujer, presente en el Gran Tribunal, sabedora con gran certeza de que era la mujer verdadera (si alguna vez tuvo alguna duda) y recibió de ella, mandada por un ujier, una nota en la que decía:
“Si sales de ésta y si te acuerdas de quién soy, echamos un polvo con pajarita.”
“Fdo.: Karen”
Milton recordó el polvo que echó a su mujer, la Nochevieja pasada, en pelota picada, vestido sólo con una pajarita y en el que no dejaron de reír y reír. Cide se volvió hacia el Gran Tribunal y dejó unas cartas cuidadosamente atadas con una cinta roja; el ujier se preparó para abrir las cartas.
- Proceda –Inquirió el Juez Principal.
Lectura de las cartas encontradas en el saco de ella
AL BORRADOR NO ENTREGADO
"Te doy las GRACIAS por lo que me has ayudado esta mañana, `por escucharme, todas las veces del dia que te he llamado GRACIAS MIL VECES GRACIAS, el apoy q"
BORRADOR DE KAREN 12 DE JULIO A LAS 23:00
Cuentan que hace miles y miles de años, cuando el amor no era imaginable, cuando la especie humana abría espacios en la roca para cobijarse de la noche y guarecerse de sus miedos, una mujer se apartaba cada noche para rasgar la dura pared y, en una sociedad donde todavía no existía la expresión escrita, ella con sus lágrimas humedecía rasgos que a base de lágrima y lágrima empezaron a hacer ceder esa pared y pudo de esa manera "escribir" marcas que eran evidentes para el resto de su especie; ellos no sabían qué era aquello impreso en la pared, pero al aparecer de una forma "diferente" empezaron unos a tener miedo, otros a adorarlo y otros a imitarlo. Dicen que de esta manera empezó la escritura, imitando unos rasgos humedecidos con lágrimas de mujer. Pasado el tiempo, la especie encontró el camino para poder transcribirlos. Como si de una runa se tratara reprodujeron unos rasgos incompletos. Esa reproducción daba las gracias a una roca que cedía con la humedad producida por lágrimas, pero sobre todo cedía por el tesón que aquella mujer ponía todas las noches, a pesar de su condición de mujer, a pesar de sus cadenas rasgo a rasgo, lágrima a lágrima, pudo ir más allá de donde estaba su especie, pudo ir al encuentro de la libertad.

Esa transcripción la uso como si yo fuera el autor de esos rasgos, de esa desesperada grieta que noche a noche necesito grabar en la roca de mis sueños. Gracias a ti, Karen, siempre gracias a ti.

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